Huele a lluvia recién desenfrascada, huele también a tu presencia que permanece a pesar de la distancia, los vitrales que se consumen en el asfalto sediento evaporan tu silueta y sin embargo, ahí estás, o quizás prefiera pensar que lo estás. Los sueños abren telones donde es posible palparte en esa dimensión.
viernes, 19 de febrero de 2010
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