
Fábricas de sueños, vertederos de historias, humos de recuerdos, olvidos de memoria. Amores verdaderos, que me saben a gloria. Yo aprendo a sobrevivir, en el barrio de la ilusión, y en la ciudad de las nubes, calle de mi imaginación. Yo aprendo a sobrevivir, encerrada en mi habitación. De la ciudad de las nubes, yo no me quiero marchar, se me ha olvidado la manera de volar, ya que no pasa el tiempo, y el espacio se vuelve cada vez más pequeño.
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