
Con el tiempo aprendes quien solo es capaz de quererte con tus defectos, sin pretender cambiarte, y puede brindarte toda la felicidad que deseas. Te das cuenta de que si estás al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad irremediablemente acabarás deseando no volver a verla. Comprendes que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Entiendes que los verdaderos amigos son contados y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. Aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien has herido, durante toda su vida. Ves que disculparse cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes. Comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás vuelva a ser lo mismo. Descubres que cada momento con cada persona, es irrepetible e inolvidable. Te das cuenta de que el que humilla o desprecia a alguien, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones multiplicadas. Entiendes que apresurar cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final, no sea como esperabas. Ves que en realidad, lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Y te das cuenta que los pequeños detalles de un amigo que crees que no significan nada, son verdaderamente importantes para ti.
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